Los peligros del cloro para la salud

La desinfección generalizada con hipoclorito de sodio no es novedad. La mayor parte de la industria de alimentos la emplea para desinfectar superficies de contacto después de la limpieza, rotándola con otros desinfectantes para evitar la resistencia de los microorganismos.

Las amas de casa lo usan para desinfectar sanitarios y blanquear la ropa. Lo novedoso es que ahora, con la contingencia, se ha extendido su uso, muchas veces sin prever los efectos secundarios en la salud humana.

El hipoclorito de sodio es sumamente económico y eficaz. De eso no hay duda. Sin embargo, es muy importante conocer los problemas en la salud que puede causar la exposición continua y/o intensa a este gas.

Normalmente se emplea diluido en agua hasta 3 ppm. A esta concentración se gasifica, y su olor y sabor son detectables, causando irritación en la nariz e incluso en los ojos.

El problema básico es que, a nivel doméstico, el ama de casa no sabe o no puede calcular la concentración, así que termina por echarle “un chorrito” a todo, lo que ocasiona la exposición excesiva que causa irritación crónica en ojos, nariz y garganta.

En Estados Unidos, diversas instituciones han alertado sobre efectos cancerígenos derivados de la exposición prolongada al hipoclorito de sodio.

El hipoclorito de sodio no puede ser aplicado en el ser humano y no debería emplearse como potabilizador, pues las trazas que quedan de cloro en el agua afectan gravemente la flora intestinal.

Lo barato sale caro.

Por eso, al elegir un desinfectante toma en cuenta siempre por lo menos tres factores:

  • Eficacia
  • Toxicidad
  • Precio

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Ing. MC Francisco Hernández León.


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